CUATRO AMIGOS
Sin duda la Muerte se ha olvidado
de nosotros y nos ha dejado plantados en este hotel de carretera en medio del
desierto. Es la segunda vez que ocurre esta semana. Anoche en el casino de Las
Vegas, cuando la sorprendí embobada comiéndose con la mirada a aquel actor segundón,
el rubio de labios carnosos y vaqueros ajustados, debí suponer que acabaría de
parranda con él. No imagináis qué hubiera dado yo esta mañana por ver el desconcierto
reflejado en su cara chupada mientras buscaba la guadaña en el maletero vacío
de su coche. Ya veis, no somos los únicos olvidados, algún día el maldito alzhéimer
acabará con nuestra vieja amiga.
Anochece y el camino es largo, id
recogiendo las herramientas. Las Caravanas de la Esperanza están cada vez más cerca y tarde
o temprano tendremos trabajo al otro lado de la frontera con México.
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